martes, 14 de julio de 2015

Luis Moya Albiol nos habla de su libro "La Empatía"

La empatía es una capacidad fundamental para desenvolvernos de forma adecuada en sociedad. Nos permite entender mejor a los otros y nos ayuda a alcanzar tanto el éxito personal en las relaciones con la familia y los amigos, como el profesional, favoreciendo que seamos más sensibles a las necesidades y deseos de aquellos con los que trabajamos. Las personas más empáticas son con mayor probabilidad más felices. Con tantas ventajas, sin embargo, la empatía es un tema prácticamente inexplorado. Este libro, basándose en recientes estudios científicos, demuestra la importancia de la empatía y ayuda a comprenderla, para poder así comprender a los demás, extendiendo sus beneficios a toda la sociedad; de hecho, la educación en empatía es el camino hacia la no violencia, porque favorece la tolerancia, la convivencia, el respeto y la solidaridadMundo Agradable consultó a Luis Albiol Moya quien amablemente respondió a nuestro requerimiento. 



Concretamente ¿Qué es la empatía? ¿Cree que hay personas que necesitan aprender a ser empáticas? 

Para decirlo de forma sencilla, es la capacidad de ponernos en el lugar de los demás, tanto a nivel mental, es decir, tomar la perspectiva de los otros, como a nivel emocional, comprendiendo sus sentimientos.Cada persona nace con una predisposición a ser empática que es variable, y que nos viene marcada por los genes, por cómo se ha formado el cerebro y por otros factores biológicos. Sin embargo, las experiencias vividas, el aprendizaje, el ambiente familiar y la educación van a influir considerablemente en el desarrollo de la empatía. Por todo ello, la empatía es el resultado de la interacción de factores biológicos y ambientales, habiendo grandes diferencias individuales de una persona a otra. Por ejemplo por lo general las mujeres son más empáticas que los hombres, debido en parte a que su cerebro ha estado menos expuesto a la testosterona durante la gestación, por lo que podemos afirmar que según la estadística las mujeres son más empáticas que los hombres. Sin embargo, hay hombres muy empáticos y mujeres que no lo son, y puede haber grandes diferencias de un hombre a otro o de una mujer a otra.

La empatía no es una capacidad estática sino que puede mejorar o menguar en función de lo que hacemos, cómo entendemos la vida, el momento vital en el que nos encontramos, o la situación que estamos viviendo. Aunque todos somos más o menos empáticos siempre podemos mejorar y serlo en mayor medida, de ahí la importancia de educar en empatía a los niños y niñas. Los adultos que así lo deseen siempre pueden ponerse manos a la obra y aprender a ser más empáticos, a excepción de algunas personas que sufren algunos trastornos mentales. Quizá el mayor problema para que muchos lo hagan es que las personas poco empáticas no son conscientes de ello, suelen “tirar balones fuera” y hacer responsable al resto del mundo de que sus relaciones y su vida no sean satisfactorias o de estar aislados y no sentirse queridos.

¿Una actitud empática, puede reducir o disminuir el stress cotidiano o incluso ante situaciones determinadas? o desde otra óptica: Empatizar ¿Mejora la calidad de vida?

La empatía siempre tiene resultados beneficiosos a nivel social, tanto para la persona que la pone en marcha como para aquellas que están a su alrededor, pues el que es verdaderamente empático se preocupa por las emociones y el bienestar de los demás y suelen por ello sentirse más queridas y ser más felices. Todo ello puede contribuir a la mejora de la salud de la persona empática y de su calidad de vida. Pero es importante resaltar que simpatizar o hacer nuestras las emociones de los demás por contagio emocional puede ser contraproducente para la salud. Es por ello fundamental ponerse en el lugar de los demás pero desde nosotros mismos, ello hará que sirvamos de ayuda y que nuestra salud no se vea repercutida.



¿Considera vivimos una etapa de “crisis empática” producto de las brechas sociales que se vienen produciendo en los últimos años? 

Desde mi punto de vista la sociedad es cada vez más empática e incluso en los momentos de crisis y desesperanza, somos más empáticos que en otras épocas históricas. No creo que las brechas sociales hayan llevado a una crisis empática puesto que incluso en los momentos más duros y pese a muchas políticas de recorte realizadas en las que se ha hecho mucho daño a miles de personas, se ha mantenido la calma y el respeto a las instituciones democráticas. Es científicamente sabido que cuando hay escasez de recursos aumenta la violencia por la supervivencia, pero por ejemplo la sociedad española se ha comportado pacíficamente pese a la gran corrupción política de los dirigentes producida en un momento en el que muchos ciudadanos no disponían de los mínimos necesarios para tener una vida digna. 

En su libro describe como un acto de amor inmenso a los mal llamados “Vientres de alquiler” ¿Constituye con esta observación una muestra del potencial alcance de una actitud empática?

 Una situación concreta en la que se produce la cooperación, el altruismo y la empatía es la gestación subrogada, en la que muchas mujeres deciden participar libremente para ayudar a otras personas que no pueden gestar a su hijo/a. En EE.UU., donde la subrogación gestacional está muy regulada legalmente desde hace décadas, la compensación económica no es la motivación básica. En este sentido, las mujeres que deciden ayudar a otras personas a ser madres y/o padres tienen que tener independencia económica, una situación socio-familiar estable y al menos un hijo biológico. Pasan además por muchas cribas médicas y psicológicas, para garantizar su salud física y su equilibrio mental. El hecho de no estar relacionadas genéticamente con el niño (el óvulo no es suyo) facilita que puedan llevar a cabo su deseo, ayudar a otras personas a ser padres. Ellas eligen con quién quieren hacerlo y cuentan siempre con el apoyo de sus familias. Exponen su cuerpo y ponen en peligro su salud por ayudar a otros a conseguir el sueño de ser padres. Hay pocos ejemplos comparables, quizá una situación similar es cuando alguien dona un órgano en vida para otra persona que no conoce. Estudiar cómo funciona el cerebro de estas personas, los mecanismos neurobiológicos y los aspectos psicológicos que les llevan a poder hacer algo tan grande por otras personas nos puede ayudar en gran medida a ser una sociedad más solidaria, con mayor desarromoral y, en definitiva más empática y menos violenta. 

¿Su libro puede representar un camino hacia una sociedad más empática? 

Creo que las sociedades son cada vez más empáticas y menos violentas, sobre todo si las comparamos con otras épocas históricas. El libro pone de manifiesto la relevancia de la empatía como el camino hacia la no violencia, así como los mecanismos cerebrales que subyacen a ésta. Su lectura puede ayudar a entender qué es la empatía, nuestra tendencia natural a empatizar y los beneficios personales y sociales que conlleva. 

¿Cree que su libro puede convertirse en un instrumento para mejorar las habilidades sociales tanto en lo personal como en lo profesional o incluso otros aspectos de las personas que lo lean?

El libro muestra como en general la empatía se mantiene y mejora con muchas actividades de la vida cotidiana, tanto a nivel personal como en las relaciones con los demás, que son el resultado de unas actitudes ante la vida. Por ello es tan importante tenerla presente y potenciarla, intentando sobre todo ser flexibles mentalmente, entendiendo que no hay dogmas o verdades absolutas sino diversas formas de entender las cosas y siendo respetuosos, tolerantes y solidarios con las demás personas. El autoconocimiento y el tener presente que en todas las relaciones sociales estamos con otras personas que piensan y sienten favorecen en gran medida la empatía
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