Hay una
anécdota que me explican de forma repetida, personas distintas y
diría que con cada vez mayor frecuencia. Comprando, se dirigen a
caja para realizar el pago y, con la naturalidad de los gestos
cotidianos, muestran al tendero o al cajero su documento de identidad
y tarjeta bancaria, con la mente puesta ya en la llegada a casa o en
cualquier otro evento posterior.
Pero, de
repente, el gesto mundano, gris, se vuelve menos ordinario.
Tarjeta
de presentación
Ni qué
decir que es un placer oír este tipo de historias, cada cuál con su
variación y su intensidad. Pero creo que son algo más que anécdotas
simpáticas que interrumpen la previsibilidad de algunos días, eso
tan dañino que llaman rutina. Sin ánimo de exagerar, me parece que
está ocurriendo otra cosa: la tarjeta de débito de Triodos
Bank, además de bancaria es, de alguna forma, una tarjeta de
presentación. Una manera de pertenecer a un club un tanto especial,
un club de ahorradores conscientes.
En esta
sociedad en ocasiones tan anónima en que vivimos, en la que por la
prisa u otras excusas tratamos a algunos desconocidos de forma casi
maquinal -sobre todo en momentos como el de pagar por un producto-
muestras una tarjeta y arranca una conversación franca. Se produce
un instante de cercanía, como si en realidad conociésemos un poco
al desconocido. ¿Le conocemos un poco?
Solo
estamos realizando un pago, pero en ese momento nos damos cuenta de
que hay otras personas que también saben que, con algo supuestamente
tan frío como el dinero, podemos cambiar bastantes cosas en el
mundo, en función de cómo lo gastemos o de la opción de ahorro que
escojamos. Vemos que compartimos un interés que va más allá de
obtener el máximo interés económico por encima de todo. Estamos
más seguros del poder que, como personas, tenemos en nuestras
manos.
Nota a
los lectores (16-12-2013)
Desde
que publiqué este artículo, un número significativo de personas me
ha parado para decirme, “a mí también me pasó algo parecido” y
contarme su propia historia. No puedo hacer menos que darles las
gracias por prestar atención a estas líneas y compartir su
experiencia conmigo. Tengo un agradecimiento especial para todas
aquellas personas que se han tomado la molestia añadida de dejar uno
de los cerca de 50 comentariosque ya ha suscitado aquí hasta
hoy. Espero haber sido capaz de dar respuesta a sus impresiones y
haber resuelto la mayoría de sus dudas.
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